El 2023 ha sido un año coyuntural para la humanidad. Es por ello que nos debemos una reflexión profunda sobre nuestras creencias. Y es que, cuestionar lo arraigado no solo nos brinda la oportunidad de cambiar paradigmas, sino de construir un futuro más sostenible y prometedor.
Las acciones cotidianas que realizamos se encuentran intrínsecamente vinculadas a nuestras creencias. Por ejemplo, hemos crecido con nociones preconcebidas sobre el consumo, la producción y el éxito. Sin embargo, cuestionar estas creencias representa el primer paso hacia un cambio significativo.
En la Comunidad de Empresas B, donde la responsabilidad social impulsa la misión, es esencial examinar críticamente las creencias arraigadas en nuestras empresas y comunidades. ¿Qué creemos sobre el impacto de nuestras operaciones? ¿Cómo nuestras acciones reflejan o desafían esas creencias?
Desafiar para transformar
El proceso de cambio comienza al desafiar el status quo. A menudo, creemos en la necesidad de crecimiento constante y la maximización de ganancias. Pero, ¿y si cuestionamos la calidad del crecimiento sobre la cantidad? ¿Y si consideramos el impacto social y ambiental como indicadores igualmente cruciales de éxito empresarial?
Desafiar nuestras creencias implica reconsiderar nuestras prácticas comerciales, desde la cadena de suministro hasta las estrategias de marketing. La Comunidad de Empresas B inspira a adoptar un enfoque más holístico, cuestionando constantemente para evolucionar hacia modelos más sostenibles y éticos.
Cuestionar nuestras creencias también significa reconocer la sostenibilidad como un motor de cambio. La narrativa de que las prácticas sostenibles son incompatibles con el éxito económico está obsoleta. En México, vemos ejemplos inspiradores de empresas que desafían esta creencia, demostrando que la sostenibilidad no solo es posible sino también rentable.
Al adoptar prácticas sostenibles, no solo nos alineamos con las nuevas expectativas de los consumidores, sino que también marcamos la pauta para un cambio positivo a nivel empresarial. Cada pequeña acción sostenible contribuye a la creación de un entorno empresarial más ético y resiliente.
La educación y la comunidad
En el camino hacia comportamientos más sostenibles, la educación juega un papel fundamental, donde es importante continuar el intercambio de conocimientos para impulsar la comprensión sobre la manera en que nuestras creencias impactan nuestras prácticas empresariales.
La conexión entre creencias y comportamientos se fortalece mediante la creación de comunidades sólidas. Al compartir experiencias y aprender unos de otros, las empresas pueden superar las barreras de las creencias anticuadas y avanzar hacia una nueva era de prácticas empresariales sostenibles.
Cuestionar nuestras creencias es el catalizador para transformar comportamientos insostenibles. Al desafiar nuestras creencias arraigadas, abrimos la puerta a un cambio positivo que trasciende nuestras empresas y contribuye a un futuro más sostenible y equitativo.
Este blog fue desarrollado a partir del artículo Questioning Our Beliefs to Change Unsustainable Behaviors.
Ante la crisis ambiental y social que atravesamos, la economía regenerativa surge como un modelo transformador capaz de restaurar ecosistemas y comunidades, donde la biodiversidad y los saberes culturales de los pueblos originarios pueden inspirar nuevas formas de hacer negocios.
En un momento en el que las empresas son consideradas cada vez más como agentes del cambio, B Lab comparte los resultados de su última consulta pública, que revela cómo las opiniones de la comunidad están dando forma a los nuevos estándares para las Empresas B y las empresas que buscan ser una fuerza para el bien.
Debido a su capacidad para ser resilientes y resistir la volatilidad, las empresas con enfoque de impacto son cada vez más atractivas para captar inversiones.