Las Empresas B y sus grupos de interés están liderando la creación de una economía más inclusiva y regenerativa al ayudar a moldear políticas que generen un impacto positivo a largo plazo. Más allá de compartir y modelar los beneficios de una economía de partes interesadas y una buena gobernanza, el Movimiento B aboga por políticas que exigen que las empresas actúen como una fuerza positiva para todas las personas y el planeta.
En el reciente Shift 2022 Virtual Impact Summi, organizado por B Lab U.S & Canada, se llevó a cabo la plenaria "Business for Good: Speaking Up For Systems Change". Jorge Fontanez, CEO de B Lab U.S & Canada, moderó la conversación, destacando el legado de cambio legislativo de B Lab, que ha transformado la forma en que los líderes empresariales y las juntas directivas consideran a sus grupos de interés, en lugar de solo a los accionistas.
“Estamos construyendo sobre ese legado para identificar cuál será la próxima ola de cambio en las políticas. Además de enfocarnos en la gobernanza, también estamos abogando por la justicia climática y la equidad racial en nuestras políticas”, comentó Fontanez.
La urgencia del cambio
Los ponentes de la plenaria destacaron recursos, ejemplos y herramientas para que empresas de todos los tamaños utilicen plataformas públicas y den forma a las políticas, especialmente aquellas personas que históricamente han sido excluidas de estas conversaciones debido a barreras estructurales.
Cuando se planteó la pregunta de si estamos en una ventana de oportunidad para iniciar el cambio de políticas, Lauren Paul de Common Future enfatizó la importancia de movilizar a las comunidades ahora. “Debemos cambiar la mentalidad sobre quién está en la posición de crear y abogar por políticas. La mayoría de los staffers en el Senado de EE. UU. son personas blancas, lo que influye en las recomendaciones que se hacen a nuestros funcionarios. Necesitamos usar nuestra democracia para su propósito y asegurarnos de que nuestras voces sean escuchadas”, afirmó Paul.
Por su parte, Kate Ogden de Seventh Generation subrayó la importancia de la colaboración y el proceso inclusivo para encontrar las mejores soluciones. “A menudo, cuando intentamos movernos rápido, dejamos de ser colaborativos. El resultado final no será el adecuado si no se toma el tiempo para construir relaciones sólidas”, comentó Ogden.
El papel de las empresas en el cambio político
Raj Aggarwal de Provoc mencionó los desafíos que enfrentan las pequeñas empresas para participar en los cambios legislativos y la necesidad de apoyo estructural. “Las pequeñas empresas necesitan sistemas de apoyo para mantenerse en la conversación. Es crucial contar con una infraestructura crítica para un cambio consistente”, indicó Aggarwal.
También observó que las empresas han estado abogando por cambios legislativos durante mucho tiempo, pero a menudo no en las áreas que los movimientos sociales requieren. “Después del asesinato de George Floyd, muchas organizaciones no sabían qué decir y optaron por el silencio. La manera más poderosa de abogar es usar la voz empresarial para respaldar estas políticas”, señaló Aggarwal.
Por citar un ejemplo, en Washington D.C. se aprobó la legislación sobre licencia familiar remunerada y certificaciones de salario digno gracias a la colaboración de empresas, tanto nuevas como establecidas. “La participación de más de 150 pequeños empresarios en la legislación de ‘Made in D.C.’ demostró que la voz empresarial puede ser influyente y que los legisladores valoran estas contribuciones”, concluyó Aggarwal.
Las propuestas políticas lideradas por empresas tienen el potencial de impulsar cambios sistémicos significativos. Al unir fuerzas y aprovechar sus plataformas, las empresas pueden influir en políticas que promuevan una economía más inclusiva y regenerativa. Es esencial que los líderes empresariales continúen abogando por políticas que fomenten un impacto positivo a largo plazo.
Podrás encontrar la versión original de este artículo en el siguiente enlace: Systems Change Through Business-Led Policy Advocacy
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